A propósito capitán: ¿por donde anda su hijo por estos momentos? Embarcado, por supuesto, es teniente ahora, asi que esta en una nave de linea. Todavía no se su destino ya que no he llegado al edificio del almirantazgo. Ha sido recientemente transferido, así que me enterare cuando ve a mis superiores, entre quienes se encuentran algunos amigos.
El capìtàn saco de su bolsillo el reloj y lo abriò. La figura de su esposa le sonreìa, como siempre desde su tapa... Ya falta poco para que me presente al almirantazgo, le dijo a su ex subordinado. Me ha dado gusto encontrarme con un viejo amigo, dijo sonriendole. Su mirada era algo melancolica. Se parò y le dio un aprton de mano. Dime compañero, ¿tienes interes en embarcarte en un navio de combate? Estoy algo viejo para una nave de combate, pero ¡que diablos!, exclamo, si tu embarcas capitàn yo tambien lo hare. Estare aqui todos los dias esperando saber en que nave asuma el mando y alli me dirigire capitàn. Gracias, amigo, le contestò èste: enviare a alguien a avisarte. Hasta la vista.
El capitàn se fue con paso lento mientras guardaba su reloj en el bolsillo de su uniforme. Afuera el sol y la bruma peleaban por un espacio en el puerto londinense. Pero quien se quedaba dueño del campo, era el frio. el capitan se dirigio al edificio del almirantazgo, ya se escuchaban los primeros ruidos del amanecer, algun carruaje pasando, algunas voces, y sonidos de cargas y descargas de las bodegas de algun que otro barco con tripulacion tempranera. Huracan Smith, paladeo todo lo que su espiritu sentia, los ruidos del puerto, el frio, la bruma.
Me estoy poniendo viejo, se dijo, apurando el paso.